La revista 'Nature' denuncia el "amiguismo" de la ciencia española

EL PAÍS, Madrid
La revista científica Nature denuncia en su último número (24 de diciembre) el riesgo que corre el sistema científico español debido a la dificultad, si no manifiesta imposibilidad, que están sufriendo jóvenes investigadores para incorporarse a las universidades y centros de investigación, y desarrollar la función investigadora para la que están altamente capacitados.

"Pocos países se encuentran en mejores condiciones que España para sacar a la ciencia moderna un provecho económico y social. Por un lado, el hecho de que España forme parte de la UE debería, en principio, abrirle las puertas de los mejores laboratorios que la investigación europea ofrece. Por el otro, planea ampliar mercados en Latinoamérica.", afirma el comentario editorial de la revista al presentar el problema.

"A pesar de ello", continúa, "una burocracia tradicionalmente farragosa, legado del estancamiento científico durante los años de la dictadura de Franco, y los efectos secundarios del reajuste que siguió al desmantelamiento del régimen, todavía amenazan con impedir a este país explotar plenamente esta oportunidad. Los consiguientes obstáculos al progreso están frustrando peligrosamente a los mejores científicos de España que, a pesar de esto, siguen apoyando el desarrollo científico y social de su país".

Nature se centra en el problema de las convocatorias y adjudicaciones de plazas en las universidades españolas basándose en el caso de un astrofísico español, Antonio Ferriz, que fue rechazado en una oposición "de forma indebida e ilegal", según reclama él, a favor de un candidato "interno" de calificación científicas inferiores a las suyas. "El caso no es necesariamente diferente de miles de otros similares aunque menos formales en que se denuncia el amiguismo que oscurece la calidad científica en el proceso de adjudicación de plazas", señala el artículo.

Tras recordar que la situación en España no es única, aunque ello no debe hacerla más aceptable, Nature puntualiza: "Hay que decir, a su favor, que la actual administración de Madrid se ha manifestado consciente del problema. Los cambios en la legislación universitaria que se han propuesto y que están en estudio alterarían la composición de los comités de adjudicación de plazas [tribunales de oposiciones] exigiendo que al menos cuatro de los cinco miembros procedan de otras universidades seleccionadas al azar".

Frenar el problema

Aunque esta medida sería positiva para frenar el amiguismo, dice Nature, el problema es más profundo y las redes de contactos personales siempre encontrarán caminos para florecer aunque se limite su efectividad. "Un cambio en el proceso de constitución de comités en sí mismo no apuntaría directamente contra el segundo problema mayor que afrontan las universidades en España (y en otros sitios): la esclerosis intelectual creada por un extendido sistema de funcionariado para los científicos que exige escasa responsabilidad por parte de los investigadores, una vez que han superado los obstáculos iniciales, para el resto de su vida".

Ambos problemas deben ser afrontados a la vez, aconseja Nature y así "parecen reconocerlo" muchos funcionarios gubernamentales. Pero, a propuestas como establecer contratos de cuatro años en las universidades se oponen "amplios círculos políticos en los que encuentran apoyo aquellos que disfrutan del privilegio y la seguridad de la situación actual".


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