OTP

La suerte está echada.

Rosa acaba de terminar su intervención.  Ha estado firme, segura, dominando la materia -¡cuánto ha cambiado esta mujer desde que entró en la Academia!- y los demás han estado muy seguros y muy bien, muy bien, qué caramba.   David ha pasado las imágenes sin un solo fallo y Gisella ha repartido el micrófono por el público con rapidez y diligencia.

Ahora sólo queda esperar.

Esperar.

No sé si podré esperar impasible todo el tiempo que tenemos por delante.

Esperar.

Nuestra intervención ha sido la mejor.  Sin duda. Rosa –¡cuánto ha cambiado esta mujer desde que entramos en la Academia!- ha pronunciado el abstract en inglés con una seguridad que parecía una locutora de la bibisi.  No le han podido los nervios ni las críticas que parece que ha despertado el uso del inglés en los sectores más puristas de la profesión.

También nos han criticado por haber traído un tema muy comercial. 

Igual tienen razón.

Es verdad que en estos eventos se están imponiendo los temas comerciales, pero todos los países se han inclinado por los ensayos clínicos, no sólo hemos sido nosotros.

Además aunque “Panfilón en la fobia social, un estudio comparativo, doble ciego, aleatorizado, frente a paroxetina”, sea un tema pegadizo, lo cierto es que está muy bien planteado.

Y Rosa ha expresado muy bien la idea principal: “Igual eficacia, mejor tolerancia”.

Parecía un estribillo.

¿Qué quiere la gente, algo de depresión enmascarada, o de angustia vital, o de Psicopatología pura y dura?  Eso ya no vende.  ¿Cuántas comunicaciones sobre estos temas se ven hoy en día entre los hits de los congresos?

Bobadas.

¡Qué nervios!  Esto está a punto de terminarse.  Me ha gustado la intervención de la delegación letona, muy bien presentada, con una puesta en escena a base de imágenes rompedoras, se seguía muy bien.  Pero en lo esencial, mucho peor que nuestra comunicación, y peor, mucho peor que Rosa.

Cuando conocí a Rosa no podía imaginarme que esta chica pudiera dar tanto de sí.  Era la más joven de todos los participantes, la única R-1, y además venía lastrada por un montón de insensateces psicoanalíticas.  Afortunadamente, nuestra tutora de la Academia ha sido capaz de hacerle quitarse de encima toda esa pseudociencia superflua.

Ha sido una gran idea lo de la Academia.  El Congreso Paneuropeo de Psiquiatría estaba ya de capa caída; nadie le hacía caso.  Los laboratorios le estaban concediendo un prime time, venga a invitar a gente, que no tenía sentido.  Esto ya no rompía nada.  Cada vez venían figuras más grises, terceros de a bordo de departamentos universitarios, a los que no lee nadie.   Las estrellas prefieren otros foros y, claro, el peso del Congreso era cada vez menor en la profesión.

Así que eso de elegir el representante en la sección de concurso entre residentes fue una gran idea.  Era darnos la oportunidad de iniciar una carrera profesional, al tiempo que se nos confiaba la difícil misión de revalorizar el congreso en la profesión.

Me acuerdo cuando pasé el casting.  ¡Qué emoción!  Pero, claro, luego vendría lo peor: largas sesiones de declamación y oratoria, manejo del powerpoint, utilización del ratón... A mí la tutora siempre me reñía por leer los textos de la pantalla en lugar de exponerlos sin apoyarme en las diapositivas.

“Tienes que hacer vivir a la gente que lo dominas”, me decía.

Aunque era un poco petarda, creo que tenía razón.

Seguramente me tiraron por ese defecto.

En cambio, a otros les ha ido muy bien.  Mira David: ése sí que ha progresado: de residente en un CSM, lejos de los departamentos universitarios, a finalista de OTP.

Claro, que dicen que hubo algo de tongo, que le votaron muchos colegas del CSM y consiguió así unos votos extra.

A lo peor le votó algún psicólogo, y todo.  ¡Qué vergüenza!

Bueno, que lo disfrute.  Desde luego, no lo hace mal, y yo tengo que mejorar.  Bueno, de hecho, ya voy haciendo avances, en nuestras galas, digo, en los simposios en los que hemos participado por todo el país voy consiguiendo no mirar la pantalla.

La prensa profesional ha llegado a darse cuenta de ello, ¿no?

Con un poco de suerte...

No están mal esos simposios.  Va mucha más gente, y desde que vamos nosotros ponen más stands.  Se ve que los concursantes de OTP atraemos a congresistas y a la industria.

Y eso, de residentes, así que cuando acabemos la especialidad... Fue una buena idea presentarme al concurso.

Ahora, a la que le ha ido bien es a Rosa.  ¡Cuánto ha cambiado esta mujer desde que entró en la Academia!  Aún la veo, hecha una tirada, con una jerga pseudocientífica psicoanalítica... la tutora le dio caña, desde luego, le hizo quitarse todo ese lastre de encima...

Bueno, ahí vienen las votaciones...

No hay derecho, las Sociedades Nacionales de Psiquiatría de Escandinavia siempre se votan las unas a las otras.  Esto desvirtúa la competición.

Y los intereses comerciales... Una vergüenza, vamos, si no tienes un laboratorio importante detrás no consigues votos...

La Sociedad Psiquiátrica Germana nos ha dado 12 puntos.  ¡Qué emoción!  David se ha echado a llorar...

Y mientras tanto, se nos escapa la Sociedad Psiquiátrica Letona... ¡Mierda!  Ya se ve que valen más las diapositivas que el contenido.  ¡Qué desastre de profesión!

Bueno, hemos quedado los séptimos... Nos merecíamos mucho más, pero no enviamos nuestros barcos a luchar contra los elementos...

©Txori-Herri Medical Association, 1997-2002


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