Taking Issue: Progresos en Psicofarmacología: Haciendo Balance 

West Haven, Connecticut, and professor of psychiatry and public health, 

Yale University School of Medicine

El artículo del Dr  Jeffrey Lieberman y sus colegas que comienza en la página 1254 de este número celebra justamente el progreso alcanzado en el tratamiento farmacológico de las enfermedades mentales. Sin embargo, y a pesar de estos avances, la esquizofrenia sigue siendo una enfermedad muy discapacitante para muchos pacientes, y la depresión es la cuarta causa de  discapacidad en el mundo.  

La revisión de Lieberman rse centra en la última década, la de la introducción de los antipsicóticos atípicos para el tratamiento de la esquizofrenia y de la ISRS para la depresión. Pero tal y como los autores señalan, el progreso no carece de manchas. El beneficio clínico de los antpsicóticos atípicos es entre pequeño y modesto, con escasa evidencia de que obtenga dramáticos avances en la calidad de vida de los pacientes. El avance más claro es la reducción de los efectos secundarios de tipo extrapiramidal, pero otros efectos adversos tales como la ganancia de peso, la diabetes y la hiperlipidemia amenazan con ocupar su plaza. 

En cualquier aspecto los ISRS no son más eficaces que los antidepresivos tricíclicos. Son más sencillos y seguros de administrar, y pueden generar un mejor cumplimiento del tratamiento, pero también se asocian a muchos efectos secundariops problemáticos. 

¿Porqué tanta cautela en celebrar nuestros progresos?. Parcialmente, para no confundir a la población. La prensa lega es demasiado proclive a declarar rápidamente la victoria con cada paso adelante, y el público merece saber lo graves que son estas enfermedades, y sus secuelas residuales, incluso con tratamiento. También hemos de tener en cuenta los costos. En el año 1999 las ventas de antipsicóticos atípicos en USA alcanzaron la cifra de dos billones de dólares (billones americanos, es decir, miles de millones. N.T.), el 10% de los costes totales del tratamiento de la esquizofrenia, y las ventas de ISRS alcanzaron los 5 billones. Los presuntos ahorros que iban a generar estas medicaciones en los serviciso sanitarios parecen volverse cada vez más modestos. Simplememte no sabemos tampoco en qué hubiéramos empleado estos 7 billones.

Además, leemos con preocupación como, en otras áreas de la medicina, los estudios patrocinados por las compañías farmacéuticas muestran consistentemente más resultados positivos que los que reciben fondos de partes neutrales. Una de las más importantes compañías farmacéuticas del mundo gasta más de un tercio de sus ingresos en marketing. Virtualmente no existe reunión profesional, revista, o programa de formación sin un soporte visible por parte de una compañía farmacéutica. 

Aunque hemos avanzado, la victoria final sobre la enfermedad mental no está cercana. Debemos poner las máximas esperanzas en nuestros pacientes y nuestra profesión, pero no debemos dejarnos persuadir por la investigación exagerada, aparentemente brillante o defectuosa. Los juicios equilibrados son difíciles, pero encontrar y mantener tal equilibrio es nuestra responsabilidad.

©Txori-Herri Medical Association, 1997-2000

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